diumenge, de febrer 11, 2007

Lemming

Un día de estos se me irá la olla. A veces siento que es lo que necesito, lo que necesitamos todos, quitarnos el corsé con el que nos vamos vistiendo a lo largo de la vida.

Me siento bloqueado mentalmente, y esto me hace caer en un estado apático que no soporto. No sé si es algo que le pase a todo el mundo, pero llevo unos días que me lo cuestiono todo. No soporto creerme un borrego, que sigue el sendero que le marca quien sea, la sociedad, la tradición, lo correcto... Así que me pregunto, a pesar que me gusta mi trabajo, ¿tendré que dedicarme toda la vida a esto? ¿tendré que estar pagando hasta la jubilación un piso el cual sólo disfrutaré para dormir y poco más, porque la mayor parte del día la dedicaré a trabajar para poder pagarlo? ¿hay alternativas en caso de responder no a las preguntas anteriores?

Probablemente las hay, pero no las conozco. O no tengo el valor suficiente para siquiera pensar en algo así. Necesito seguridad en mi vida, por eso acostumbro a hacer lo que se espera que haga. Pero, cómo me gustaría disfrutar de un año sabático, y dedicármelo a mí, a viajar, a conocerme mejor...

O quizás sería mejor que me dejara de tonterías y me espabilara...

En fin, mañana lunes, momento idóneo para dejarme de tonterías y espabilarme de golpe gracias a la rutina laboral.

diumenge, de febrer 04, 2007

Recuperando amistades

La semana pasada salí a cenar con mi mejor amiga y ex-vecina... de mi época de EGB! Creo que hacía casi 15 años que no nos veíamos, aunque su madre sigue viviendo aquí y de vez en cuando me daba noticias suyas, y un buen día también me dio su número de móvil.

Aunque costó, después de infructuosos sms's, una visita a mi casa cuando yo no estaba, y una llamada cuando ella no podía hablar, pudimos comunicarnos por teléfono y quedar para ese mismo fin de semana. !Así de fácil! Y lo digo porque con todo el mundo no es así de fácil quedar para tomar un simple café o ver una película en el cine...

En fin, fue algo de lo más curioso. En tantos años, además de acumular muchos y muchos capítulos que contar, la gente cambia, cambiamos, y más en estas edades. Así que aparte de ponernos al día de nuestras respectivas vidas, fue interesante reconocer rasgos de lo que fue mi mejor amiga, y también ver otras cosas que no conocía, como si fuera una persona que acabas de conocer...

Resumiendo, fue una cena muy agradable que ya tengo ganas de repetir, porque quince años no se resumen en una cena!