Cuánto virus!

¿Cómo es posible que el hombre haya pisado la luna (yo no me lo creo, pero al menos viajamos por el espacio) y no seamos capaces de encontrar un remedio para el resfriado, costipado, trancazo, gripe, y tantos otros sinónimos???

Los odio. Los pillo varias veces al año, me quieren con locura porque vuelven sin falta, más o menos como el turron ese, por navidad.

Aunque este año me debía añorar más de lo normal porque ya llevo una semana con él, y le está costando marcharse, sólo nos une una pequeña tos seca que me está agobiando.


Y digo yo, el señor Ánsar, ese que gobernó nuestras vidas durante ocho años, ¿no podría estar resfriado todo el año, en cama? no le deseo más mal que ese (o sí???) pero es que si estuviera acatarrado, totalmente congestionado, no podría salir de su casa, o al menos no podría hablar porque estaría invadido por los mocos (que están con él como en familia).

Si supiera la cantidad ingente de personas a las que haría feliz si no hablara más... o al menos que no dijera tonterías descomunales como que los moros tienen que pedir perdón por haber invadido Ejpanya y haberse quedado por aquí durante no sé cuántos siglos.

Realmente este tío es malo para la salud, estoy escribiendo y me estoy poniendo malo, y eso que hace ya un par de días de semejantes comentarios. En mi humilde opinión, podría haber abierto la caja de Pandora. ¿Y si el continente americano nos dijera a nosotros lo mismo, que por qué no les hemos pedido perdón por haberles arrasado y aniquilado? Porque dudo mucho que hayamos hecho eso, y si alguien lo ha hecho que me lo diga.

Con todas las invasiones que han habido a lo largo de la historia, tendríamos que cambiar disculpas como quien cambia cromos un domingo por la mañana. Y en todo caso empezaría por lo más reciente, como que el partido hereditario de la dictadura (véase PP, es mi opinión y si me apuras incluso un hecho, ahí está el dinosaurio radioactivo Fraga) pida perdón a las víctimas del franquismo y la dictadura.

En fin, que estamos en guerra, que lo sepais, lo ha dicho el señor del bigote, que habla catalán en la intimidad y gústale hacerse fotos en las Azores. Todavía no he podido averiguar quien es el enemigo, al menos el suyo. Supongo que será el eje del mal, que crece como los bolets con las primeras lluvias del otoño. Aunque patético, me sigue dando mala espina verle la cara a ese hombre...